¿Qué sentido tiene convocar una exhibición aeronáutica para el disfrute de una ciudad con la participación de aviones militares que fueron diseñados y fabricados para matar?
Esas admiraciones que su entregado público vocea tras presenciar las piruetas y danzas aereas, ¿serían las mismas que emitirían al ver el rastro que deja tras de sí en, pongamos por caso, uno de sus vuelos sobre Afganistán?
30.9.07
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